
se fijó atentamente en su mirada.
Era la primera vez que sus ojos
se transmitían un mensaje claro y contundente.
Durante mucho tiempo,
sus miradas se cruzaban indiferentes,
sin apenas detenerse un instante
siguiendo el ritmo ancestral que marcan los ciclos
Ella,
bañando de estrellas plateadas la noche fría
El,
pintando con rayos de colores cálidos
La luna y el sol
El sol y la luna
se miraron dulcemente.
De repente, el tiempo se detuvo
y el orden de las cosas empezó a cambiar
y llegó el verano, de la mano del otoño
y el invierno se perdió entre los brazos de la primavera
Ya nunca fue lo mismo
y el canto de las ballenas
se empezó a escuchar desde las estrellas
Y si cierras los ojos
puede que lo escuches tú también