Deseo

Se acercó a la ventana
y el resplandor del sol
la obligó a cerrar los ojos.

El aire transportaba
el perfume de la explosión de la primavera.

Su cabello, siempre rebelde,
se dejó acariciar por la brisa perfumada.

Una ola de deseo recorrió su cuerpo.

Recordó el tacto de su piel,
el gusto de sus besos húmedos,
la expresión de su mirada
mientras sus manos buscaban lentamente
los rincones mas ocultos de su cuerpo.

Volvería a recorrer los caminos del placer

una y otra vez

buscando desesperadamente una respuesta...